Descripción

No reniegues de tu lado cuqui.

Si esta taza te ha hecho articular un «Oiisshhhh!! qué monaaaa!!», aunque en realidad ese grito no haya salido de tu boca, aunque sólo lo hayas sentido en tu interior, no lo dudes: Tu lado cuqui se está manifestando.

Eres así. O por lo menos una parte de ti, lo es. Eres CUQUI y lo sabes. Puedes inventarte mil excusas como que ya tienes una edad, que este estilo ya no va contigo y cosas así, pero no importa. La que es cuqui, cuqui de verdad, no cambia. Las cosas monas te remueven por dentro. Quizás tenga que ver con los cuadernos y la mochila de «Tarta de Fresa» que llevabas a clase en la primaria, alguna muñeca que tuviste o vete tú a saber. Pero es inevitable.

Estas son las tazas perfectas para cuando te pones a hornear galletas (y si no sabes hacer galletas, no niegues que te encantaría). Y es que en el lineal del supermercado siempre te quedas mirando los fideos de colores para adornar los  pasteles y eso te delata…

Esta es tu taza. Está claro.