El té verde es un super alimento, riquísimo en antioxidantes. Cuenta con propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias que son estupendas para el organismo y como casi todos los tés, ayuda a mantenerte despierto. ¿Y es bueno para adelgazar? Pues sí pero no. Verás:
El té verde es un gran diurético. Nos ayuda a eliminar esa retención de líquido asquerosa, que sobre todo las mujeres padecemos en ciertas épocas de nuestra vida. Esas en las que nuestro cuerpo se pone a pensar que quiere ser camello y que para qué vamos a perder agua con lo bien que está en nuestros tobillos… Por lo tanto, no es que el té verde te ayude a adelgazar, si no que te ayuda a eliminar ese exceso de líquido que tienes en el organismo. Y sí, claro, eso deshincha pero no significa que adelgaces.
Para adelgazar, el cuerpo humano necesita estar en déficit calórico. Punto. Las buenas dietas de adelgazamiento, son aquellas que abarcan los principales grupos de alimentos de forma equilibrada y suponen una ingesta calórica ligeramente inferior a la habitual o a la que realmente necesitas, pero (y esto es importante), manteniendo todos los nutrientes que tu organismo requiere para funcionar correctamente.
Cuando tu cuerpo se pone a quemar calorías y no has ingerido las suficientes, echa mano a las indeseables reservas. Pero ojo, que también echa mano a la masa muscular… Así que no queda otra. Además de la dieta, tienes que moverte.
¿Y el té verde es bueno para quemar calorías?
Sí. Pero no como tú te crees. Hacer ejercicio es lo único que va bien. Siento decepcionarte pero es la verdad. Por lo visto, la cafeína, las catequinas y los polifenoles del té verde, ayudan a acelerar el metabolismo. Lo que significa que cuando te pongas a hacer ejercicio, el té verde te dará un empujoncito para quemar más calorías. No esperes notar ese empujón estando en el sofá. Ya sé que no es lo quieres leer, pero si quieres librarte de esas «reservas» sin perder masa muscular y quedarte fofa y colgante, solo hay una fórmula infalible que no implique el bisturí. Dejar de sobrealimentarte y moverte mucho.
¿Entonces para qué quiero yo el té verde?
Una vez puestas a comer la variedad, cantidad y calidad de alimentos adecuada, y en plena dieta, es cuando el té verde se convierte en tu gran aliado ya que además de todas sus propiedades, tiene cero calorías y es un gran sustituto de cervecitas, vinitos, refrescos de cola, batidos de cacao, zumos embotellados, cafés con leche y cosas por el estilo… Eso si no le echas crema de leche, dos cucharadas de azúcar y lo acompañas con unas galletitas. Obvio.
También te ayudará a consumir el agua que necesitas. Y es que si te han dicho que bebas mucha agua (seguro que sí) y si eso te cuesta, nada mejor que el té y las infusiones en general, para hacerte pasar el «mal trago» jajaja (soy la monda). Hay variedades que están riquísimas, incluyendo las de té verde.
El té verde no quita el hambre, pero la distrae durante un rato. Pues sí, tiene el bonus añadido de que ayuda a matar el gusanillo. Y cuando estás en plena dieta y el gusanillo se pone en plan anaconda asesina, se agradece. Piensa que cualquier infusión te va a ayudar con eso. Porque el milagrito, en realidad, lo produce el líquido caliente en el estómago. Notarás que lo aplaca durante una hora o dos… El efecto tampoco dura todo el día.
Eso no es lo que yo he leído…
Todo lo que leas sobre las propiedades del té verde (compuestos fenólicos, catequinas y flavonoides…) y lo mágicos que son, es cierto. Pero vamos a pillar toda la «información» que se deriva de eso con pinzas ¿OK?. Por ejemplo, cuando dicen que el té verde previene varios tipos de cáncer. CUIDADO. Lo que se está estudiando en el norte de Europa y en Australia, es el efecto de prevención del cáncer que ejercen los flavonoides en la alimentación. No los del té verde en concreto, si no los de todos los vegetales que los contienen en general. Es cierto que el té verde es un privilegiado en este sentido, pero comer manzanas, también es un buen aporte de flavonoides…
Hay gente que vende té o manzanas o artículos en publicaciones, que cuando leen que tal centro de investigación o tal universidad estudia las propiedades de ciertos compuestos y su incidencia sobre el cáncer, por ejemplo, enseguida saltan a decir que su producto previene el cáncer. O lo que es peor, que lo cura. Y eso me parece detestable. Sobre todo porque los estudios sobre los flavonoides concuerdan que «aunque las investigaciones establecen una asociación entre el consumo de flavonoides y un menor riesgo de muerte, la naturaleza exacta del efecto protector no está clara aunque probablemente será multifacética».
Un pequeño apunte…
Los cancerígenos están por todas partes. Desde el aire contaminado que respiramos a los pesticidas de la fruta y la verdura, a los compuestos derivados del petróleo con los que convivimos (e ingerimos) en masa a diario… El otro día mismo, descubrimos un estudio que hablaba sobre el BPA de las bolsitas de té tradicionales. UF! Nos quedamos pasmados (entenderéis que las hemos consumido toda la vida) y corrimos a subir a la tienda nuestras bolsitas de fibras naturales. Al final uno debe intentar no obsesionarse y lo único que podemos hacer es eliminar todos los elementos posibles de «la lista mala» y añadir lo que podamos a la buena. Una taza de té verde, irá sin duda alguna, a la lista buena.
Es decir, si eliminas la bollería industrial y los refrescos de soda, y los cambias por té verde, manzanas, brócoli, arándanos y uvas, de forma que estés ingiriendo unos 500 gr. de flavonoides al día, lograrás realmente un cambio sustancial. Tanto a nivel de prevención, como a nivel de ingesta calórica, como a nivel de aportes de nutrientes.
Pero volviendo al tema dietas, el té verde es súper saludable (cuando es de calidad) y lo que conseguimos introduciendo este tipo de elementos en nuestra alimentación, es contrarrestar el vacío que dejan las cosas ricas que ya no podemos comer. Como ocurre con casi todo, consumirlo es super recomendable y abusar de él, no lo es nada. Por ponerte un ejemplo: Decíamos que los diuréticos combaten la retención de líquidos, así que sabemos que ayudan a eliminar toxinas. ¿Pero cómo lo hacen? Pues poniendo a trabajar tus riñones a saco. Así que no te pases con ellos. Y por supuesto, si ves que retienes mucho líquido, ve al médico.
En definitiva, el té verde es genial para las dietas de adelgazamiento, y para cualquier dieta sana y equilibrada en general, pero no puede ser en ningún caso, la piedra angular de tu alimentación. Olvídate de la «dieta del té verde» porque es un engañabobos. Si estás a dieta, te aconsejo encarecidamente que te hagas del equipo infusiones (ya tengan propiedades adelgazantes o no). Están muy ricas, te aportan fitonutrientes fantásticos, te mantienen despierta o te ayudan a relajarte, hidratan, te llenan la tripita sin calorías…
¿Quieres que te recomendemos infusiones?
Ya has visto por qué el té verde es genial para tu dieta, pero no te aconsejamos tomar 6 tazas de té verde al día. Y mucho menos antes de ir a dormir. Combinar infusiones es una opción deliciosa. Las hay para despertarse, para ir a la cama, frutales, dulces… en fin. Si quieres, podemos aconsejarte algunas variedades según tus gustos y necesidades y conseguir que tu dieta sea más sabrosa, rica y entretenida. Contáctanos por WhatsApp 650 440 888 con un simple «Hola! ¿Me recomiendas unas infusiones?» y ya verás que chulo.
Además recuerda que nosotros vendemos a granel. Así que si los paquetitos de 100 gr. que te proponemos en la tienda online, te parecen demasiado y prefieres hacer «una cata» con más variedades y menos cantidad, podemos preparártelo sin problema.
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